La Bronquitis
a bronquitis es la inflamación del tejido que recubre losconductos bronquiales, los cuales conectan a la traquea con los pulmones. Este delicado tejido que produce mucosidades, cubre y protege al sistema respiratorio, los órganos y los tejidos involucrados en la respiración. Cuando una persona padece de bronquitis, puede ser más difícil que el aire realice su recorrido normal dentro y fuera de los pulmones; los tejidos se irritan y como consecuencia, se producen más mucosidades. El síntoma más común de la bronquitis es la tos.
Cuando inhalas o recibes aire respirando, pequeñitas vellosidades cerca del orificio de tu nariz filtran el polvo, polen y otras bacterias que se reproducen en el aire. Otras partículas que no son filtradas en este proceso se adhieren a la superficie de la membrana mucosa denominada cilia. Sin embargo, en algunas ocasiones, los gérmenes atraviesan la cilia y otros sistemas de defensa en el tracto respiratorio ocasionando la enfermedad.
La bronquitis puede ser aguda o crónica. Una condiciona médica aguda ocurre rápidamente y puede ocasionar síntomas severos, pero tiene corta duración (menos de unas pocas semanas). La bronquitis aguda es ocasionada por un numero de virus que pueden infectar el tracto respiratorio y atacar los conductos bronquiales. La infección que causan algunas bacterias también puede ocasionar bronquitis aguda. La mayoría de las personas padecen de bronquitis aguda durante algún momento de sus vidas.
Por otro lado, la bronquitis crónica puede ser leve o severa, y tiene una duración más prolongada – de varios meses hasta años. Con la bronquitis crónica, los tubos bronquiales continúan inflamados (rojos e hinchados), irritados, y con el tiempo producen mucosidad en exceso. La causa más común de la bronquitis crónica es fumar.
Las personas que padecen de bronquitis crónica son más susceptibles a padecer de infecciones bacterianas en los conductos respiratorios y en los pulmones, tales como la neumonía. (En algunas personas que padecen de bronquitis crónica, los conductos de aire se infectan permanentemente con bacterias). La neumonía es más común entre las personas que fuman o que están expuestas al humo de los fumadores.
¿Cuales son los síntomas?
La bronquitis generalmente comienza con una tos seca y molesta que es provocada por la inflamación del tejido que recubre los conductos bronquiales. Otros síntomas pueden incluir:
- Tos que puede traer consigo mucosidades espesas de color blanco, amarillo o verdoso
- Dolor de cabeza
- Sensación general de estar enfermo(a)
- Escalofríos
- Fiebre (generalmente leve)
- Dificultad al respirar
- Ronquera o una sensación de opresión en el pecho
- Resuello (sibilancias), respiración forzada
La bronquitis crónica es más común entre fumadores, aunque las personas que tienen episodios repetidos de bronquitis aguda algunas veces desarrollan la condición crónica. Exceptuando los escalofríos y la fiebre, una persona con bronquitis crónica, padece de una tos crónica, y la mayoría de los síntomas incluyen dificultad al respirar y opresión en el pecho, durante la mayor parte de los días del mes o de los meses del año.
Una persona con bronquitis crónica generalmente tarda más de lo normal en recuperarse de resfriados y otras enfermedades respiratorias comunes. Resuellos, dificultad al respirar y tos pueden convertirse en parte del vivir diario. Respirar puede llegar a convertirse en algo difícil.
En las personas con asma, los brotes de bronquitis pueden comenzar inesperadamente y provocar episodios en los que experimenten opresión en el pecho, dificultad al respirar, resuello y dificultad al exhalar (expulsar el aire). Durante un episodio severo de bronquitis asmática los conductos del aire pueden encogerse y congestionarse dificultando la respiración.
¿Qué ocasiona la bronquitis?
La bronquitis aguda suele ser ocasionada por virus y puede ocurrir durante o después de otras infecciones respiratorias. Los gérmenes como los virus se pueden contagiar entre las personas al toser. Igualmente, también pueden transmitirse cuando te tocas la boca, la nariz, los ojos o después de entrar en contacto con los flujos respiratorios de una persona infectada.
Fumar (incluso si es durante un período breve) y estar en contacto con humo de cigarrillos, vapores químicos y otros agentes contaminantes en el aire durante largos períodos de tiempo, expone a las personas al riesgo de desarrollar bronquitis crónica.
Algunas personas quienes padecen de brotes repetidos de bronquitis – acompañados de tos, resuellos y dificultad al respirar – puede que padezcan de asma.
¿Qué pueden hacer los doctores?
Si un doctor piensa que tienes bronquitis, él o ella te examinarán y escucharán el sonido que proviene de tu pecho con un estetoscopio para verificar signos de resuellos o congestión.
Ademas de un examen físico, el doctor te preguntará sobre cualquier preocupación al respecto o síntomas que puedas tener, tu salud en el pasado, la salud de tu familia, los medicamentos que estés tomando, alergias que puedas padecer y otros temas como por ejemplo, si fumas. Este tipo de información se conoce como historia médica. Tu doctor puede ordenarte una radiografía para descartar una condición llamada neumonía, e incluso puede ordenar una prueba de respiración (llamada espirometría) para descartar el asma.
Debido a que la bronquitis aguda es generalmente ocasionada por un virus, el doctor puede que no prescriba un antibiótico (debido a que los antibióticos combaten las bacterias pero no los virus).
El doctor recomendará que bebas muchos líquidos, que descanses y puede sugerirte que tomes una medicina para la tos de venta en las farmacias o más fuerte con receta médica para aliviar tus síntomas a medida que te recuperes.
En algunos casos, puede recetarte un broncodilatador u otro medicamento típicamente utilizado para tratar el asma. Estos medicamentos generalmente son administrados a través de inhaladores o nebulizadore para ayudar a relajar y abrir los conductos bronquiales y eliminar las mucosidades para que sea más fácil respirar.
Si sufres de bronquitis crónica, la meta es reducir tu exposición a cualquier agente que irrite tus conductos bronquiales. Para las personas que fuman, esto significa que deben de dejar el habito! Dejar de fumar puede ser difícil, por ello, te recomendamos que oprimas la sección de Recursos para acceder a artículos que pueden ayudarte con este tema.
Si padeces de bronquitis pero no fumas, evita estar expuesto al humo que proviene de otros fumadores.
Fumar y la bronquitis
El humo del tabaco es la causa de más del 80 por ciento de los casos de bronquitis crónica. Las personas que fuman tienden a tener un período más difícil para recuperarse de bronquitis aguda y otras infecciones respiratorias.
Fumar causa daños a los pulmones de distintas maneras. Por ejemplo, puede causar parálisis temporal de la cilia, y con el tiempo destruye completamente el tejido de cilias que recubre los conductos de aire. Eventualmente, este tejido deja de proteger a los conductos de partículas provenientes del tabaco, incluyendo los irritantes y el exceso de mucosidades. Cuando así sucede, los pulmones del fumador(a), se vuelven aún más vulnerables a la infección. Con el tiempo, las sustancias nocivas del tabaco dañan permanentemente los conductos de aire, aumentando el riesgo de padecer enfisema, cáncer y otras enfermedades pulmonares serias. Fumar también ocasiona que las glándulas encargadas de producir mucosidades aumenten su tamaño y produzcan más mucosidades. Las partículas tóxicas y los químicos del cigarrillo, ocasionan la tos crónica en las personas que la sufren.
¿Cuál es la mejor forma de evitar la bronquitis? Lavar las manos con frecuencia generalmente ayuda a prevenir el contagio de los gérmenes que causan esta condición – especialmente durante la temporada de los resfriados. Si no fumas, no empieces a hacerlo nunca – y si fumas, intenta reducir cuánto fumas. Intenta no estar cerca de los fumadores porque incluso el humo proveniente del tabaco de las personas que fuman te hace más susceptible a las infecciones virales y aumenta la congestión en tus conductos respiratorios. Igualmente, asegúrate que descansas lo suficiente y que te alimentas bien para que tu cuerpo pueda defenderse de las enfermedades a las que puedes estar expuesto.
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