sábado, 14 de noviembre de 2009


la cucaracha

La cucaracha
La persistencia evolutiva de la cucaracha a lo largo de algunos cientos de millones de años, en los que además no cambió sustancialmente de apariencia, mientras el planeta era escenario de severas transformaciones, no ha bastado para que ese insecto se gane la buena voluntad de la gente.
En cambio, el desprecio hacia las cucarachas es casi universal. Y a ello contribuye el hecho de que transporten en su cuerpo organismos causantes de diversas formas de gastroenteritis y en su interior viva gran cantidad de microorganismos asociados a brotes de enfermedades que afectan a las personas.
Geólogos de la Universidad de Ohio, Estados Unidos, notificaron en 2001 el hallazgo en una mina de ese estado del mayor fósil completo de una cucaracha que habitó la Tierra hace 300 millones de años, 55 millones de años antes que los primeros dinosaurios.
Según informó el sitio español
Paleontología Hispana, los restos de un ejemplar de la especie Artopleura apustulatus se encontraban en notable buen estado. El insecto medía unos ocho centímetros de largo.
Desde que aparecieron en el planeta, las cucarachas no requirieron cambiar de aspecto, convirtiéndose en auténticos fósiles vivientes. Además, esos insectos son más resistentes a la ballena o al tiburón, señala la página web de
La verdad.es, de España.
Según esa fuente, las cucarachas son casi inofensivas para el hombre y cumplen un destacado papel ecológico al incorporar nutrientes en el medio ambiente. Cuando consumen materia orgánica, sus desechos sirven como fuente de alimentación a organismos microscópicos que la transforman en humus o tierra vegetal.
Otras voces también defienden la existencia de las cucarachas. La
Agencia Universitaria de Periodismo Científico (AUPEC), de Colombia, sostiene que una gran polémica se desató hace unos años debido a que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos pretendía invertir casi tres millones de dólares para salvar a la Aspiduchus cavernicola, incluida desde 1991 en la lista de especies en peligro del Servicio de Pesca y Vida Silvestre.
Pero investigadores en muchos países estudian la resistencia a los insecticidas en las poblaciones de cucarachas con el objetivo de encontrar el método más eficaz de control de esos insectos.
El
Servicio de Investigación Agrícola (ARS, por sus siglas en inglés), la agencia principal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, identificó mecanismos clave en la resistencia a insecticidas desarrollada por la cucaracha alemana, Blatella germanica, una de las especies de cucaracha más comunes en el mundo.
La cucaracha alemana está catalogada como la especie mas ampliamente distribuida en la Tierra y llega a medir entre 12 y 16 milímetros de longitud en estado adulto. Posee antenas largas y una vida promedio de un año.
La hembra produce entre 18 y 48 huevos cada 20 o 25 días y, como todas las especies de cucarachas, puede ser portadora de enfermedades bacterianas y vírales como diarrea, lepra, colitis, hepatitis infecciosa, salmonela y tuberculosis. Además, el excremento, la piel y el vómito de esos insectos son responsables de alergias.
El entomólogo Steven M. Valles, del ARS, descubrió una sustancia llamada “esterarse” en varias especies de la cucaracha que desintoxica ciertos insecticidas.
Esa capacidad obliga a aumentar la cantidad de insecticida necesaria para matar a las cucarachas que poseen dicha enzima.
Los estudios de M. Vallees revelaron que las mutaciones de proteínas del sistema nervioso en algunos insectos están asociadas con la capacidad de resistencia a insecticidas. Este fenómeno fue corroborado en 83 por ciento de las poblaciones de cucaracha alemana donde se realizaron pruebas.
Entre más de cuatro mil especies de cucarachas que habitan en el mundo, sólo una cuantas viven en hogares.
El sitio español
e-animales.com muestra una ficha sobre la cucaracha gigante de Madagascar o Gromphadorrhina portentosa, que habita exclusivamente la isla africana que le da nombre, la más grande del océano Índico.
“La cucaracha gigante de Madagascar es una de las más grandes que se conocen. Con una longitud de entre ocho y nueve centímetros y un peso de 15 gramos, lleva una existencia discreta ya que se trata de un animal nocturno y lucífugo, que huye de la luz”.
De cuerpo alargado y protegido por un fuerte caparazón, carece de alas y sus patas robustas están provistas de pequeñas espinas. Habita los bosques y nunca se instala en los hogares.

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